sábado, 31 de enero de 2015

LAS PALABRAS DE LOS OTROS

Los otros hablan.

Hablan de libertad.
De república.
De valores.
De principios.
De tolerancia.

Los otros usan palabras, según los tiempos.

Y así las democracias son dictaduras...
Y de las dictaduras no se habla.

Los otros poseen el diccionario.

Hablan.

De paz y de concordia.
De diálogo.
De unión.

De tiranía y de populismo.

Según el momento, el rostro, el lugar, la hora, la época...

Cada palabra significa lo que quieren que signifique.

A veces la pobreza es un escándalo.
Y otras veces ni la nombran.

Siempre depende.

Son las palabras de los otros.

Solamente soy libre cuando dispongo de mis propias palabras.

Martín Moreno.


martes, 6 de enero de 2015

EL OTRO

El otro me molesta.

Me hace falta.

Me persigue.

Me mira.

Me juzga.

Me perturba.

Influye sobre mí.

El otro existe.

O deja de existir.

Odio al otro.

De vez en cuando lo quiero, un poco.

No quiero a ningún otro.

Extraño un poco a algún otro.

El otro me comprende a veces.

El otro es un boludo, generalmente.

Al otro hay que matarlo.

El otro me hace bien.

El otro no existe.

El otro no me registra.

El otro no me importa.

O me importa demasiado.

Tanto me importa, que no tolero la estupidez, o la indiferencia del otro.

Se dará cuenta el otro, que yo soy yo?

Por qué me cuesta tanto definir al otro?

Qué clase de otro soy yo para los otros?

Cuál de todos los otros...será alguna vez, un otro, para mí?


Martín Moreno.

lunes, 5 de enero de 2015

DISTINTAS FORMAS DE VIOLENCIA

Está la clásica violencia física.

La verbal, que no es para nada menor.

Está la violencia policial, laboral, cultural...

Está la violencia disfrazada de paz.

La violencia política, por supuesto, también está.

Después tenemos la violencia de género.

La violencia mediática.

La informática. La tecnológica.

La violencia instalada. La violencia ambulatoria.

La violencia de los que dicen no ser violentos.

Tenemos violencia en código de barras y violencia en cuotas.

Tenemos la violencia de los pobres, mas sobre todo, la de los ricos.

Tenemos la violencia de la gente educada.

Tenemos luego, la miseria , que es la cara más brutal de la violencia.

Tenemos la violencia de ideas...y las ideas violentas.

También está la violencia cinematográfica, o incluso la deportiva.

Estas últimas, acaso, ficciones reales de una violencia contenida, o reorientada.

Tenemos hoy en día, además,  la atroz, la impune, la fétida, la descontrolada, ( la cobarde?) violencia de las redes sociales.

Y para terminar tenemos la violencia diaria y constante que ejercen los pelotudos.

Si, y esta es de las peores, porque sus ejecutores ignoran que practican la violencia...

Y la practican, y la practican, y la practican,  y la practican....

Creyéndose siempre,  gente brillante.


Martín Moreno.


REPETIDO

Estoy cansado de repetirme.

De aburrirme con mis sombras macilentas

Mi rostro acostumbrado

Mi barba que no cesa.

Estoy cansado de repetirlos

Como una mala digestión

Como un libro mal cerrado

De repetir estos modales, estos lugares, estos buenos días

De repetir estas palabras, estas noticias, estas vulgaridades

Estoy hasta cansado de mi hartazgo repetido, conocido

Hasta de mis huellas digitales, y de mis tardes circulares

De los papeles sin sueño.

De los cráteres lunares

Que envilecen mi superficie mental

De las aves de rapiña que corroen mi buen humor

De esa fotografía, de esa época, donde todo daba risa y sin saber…

Cansado de ya no poder volver

Resignado de repetirme por la mañana, por la tarde y por la noche…

Y de volver a despertarme

Y de volver a repetirme…

Y de volver a repetirme.


Martín Moreno.

ALGO SÓLO MÍO

Me gusta estar solo.

La gente, tiene siempre tan poco qué decir?

Y sin embargo, pues como habla…y habla…y habla.

No hay forma de que reparen en lo desafortunado del hecho.

Me siento a gusto, solo y en silencio

Nadie dice nada y no me veo en la obligación de simular estar hablando

Y entonces todo es más sencillo, más real.

Me duele menos la estupidez y me siento, levemente, a salvo.

Nadie espera nada de mí.

No es necesaria respuesta ninguna.

No hay nada mejor que este silencio personal, interior, unánime.

Es un silencio protector y abarcativo

Que me permite reconocerme vivo,

Lleno de preguntas, aterrado de miedos

Desesperado de esperas y confundido de confusiones.

Pero es un silencio sólo mío. Total.

Nadie puede entrar.

Nadie puede romperlo

Nadie puede sospecharlo siquiera.

Y es en el único lugar donde puedo, sinceramente, hablar.

Martín Moreno.